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A bastante distancia de mí, porque no consigo acercarme sin que se vaya volando como las olas este pájaro carpintero

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A bastante distancia de mí, porque no consigo acercarme sin que se vaya volando como las olas este pájaro carpintero, pude al fín fotografiarle, muy de lejos, sobre el tronco del roble del fondo de la finca, adonde se fue a posar, tras haberme descubierto, mientras buscaba el carpintero en el pasto hormigas en cuyos hormigueros entra a la manera en la que lo hace un oso hormiguero: con su larguísima lengua, que en el caso de este pájaro carpintero es bífida.

Esta aficción de estar en el pasto, e incluso en los bordes de los caminos, fue apuntada por Darwin con información de Félix de Azara.

Hasta hace unos años, veía a este pico carpintero que tiene todos los colores menos los del mar, volando como las olas, cada vez que pasaba con el coche cerca de una cuneta donde estuviera el Picus viridis, que así se llama científicamente, comiendo hormigas.

Pero, desde que los robles que yo misma planté, han crecido, tengo como premio la presencia de estos pájaros carpinteros que lo mismo veo en el pasto, que posados en un poste, que sobre el tronco de roble del que espero que crezca un día lo suficiente como para albergar uno de sus nidos.

Y una última cosa, que tengo que marcharme; cuando hace mucho calor, emite una suerte de relincho, y José, un querido vecino mío, decía que era porque estaba el pájaro carpintero llamando por el agua. También su tamborileo, se escucha como si fuera el tam-tam de una tribu.

Ójala anide por aquí este año.

Feliz día,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. Dentro de poco, escucharemos, también en este portal de la Naturaleza, que no deja de ser una tierra en la que vamos sembrando y plantando la vida, todos estos sonidos.