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Anoche se veían, rojos como manzanas, los rescoldos de las podas de los frutales quemados.

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Anoche se veían, rojos como manzanas, los rescoldos de las podas de los frutales quemados.

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Anoche se veían, rojos como manzanas, los rescoldos de las podas de los frutales quemados.

Y ahora que ya ha empezado el día, se elevan hacia el cielo las humaradas blancas, que es el color del humo cuando se quema la leña aún verde, y que da un olor dulzón al aire, como si, más que las ramas, se estuvieran quemando los frutos que ya no dará el árbol.

Ahora que se han reanudado los permisos de quema a los agricultores, tras unos días en los que hizo tanto sol y viento que se supendieron y un helicóptero nos sobrevolaba a todas horas para comprobar que se acataban las normas, vuelven a verse las humaradas blancas por el valle.

Es con lo que hay que tener más cuidado, porque muchos de los incendios se producen precisamente cuando se queman los restos vegetales.

Por mi parte, la quema la haré en el huerto, que es donde fui acumulando las ramas rotas de roble y de castaño y de naranjo.

¿Qué color y qué olor de humo darán mañana?

Feliz día,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. Con vientos de más de setenta kilómetros por hora se produce la poda natural sobre los árboles, y esos nudos que tiene la madera, se corresponden con el lugar donde se partió la rama.

Estas podas que hace el viento son más sanas para la madera que las que suceden poco a poco, cuando el árbol crece tanto que algunas ramas quedan sombreadas y al no poder crecer hacia fuera, crecen hacia adentro, y atraviesa la frustrada rama una buena parte del diámetro del tronco y entonces los tablones salen llenos de nudos, de nudos muertos, que pueden llegar a….

SIGUE pinchando en FONDO DE ARTÍCULOS DE NATURALEZA, y allí en ÁRBOLES y en PODAS DEL VIENTO.

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