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“El meloncillo (Herpestes ichneumon) es un mamífero vivérrido de casi un metro de longitud, carnívoro y pariente muy cercano de las mangostas.” Andrés M. Domínguez, autor de la foto y el texto sobre el meloncillo.

“El meloncillo (Herpestes ichneumon) es un mamífero vivérrido de casi un metro de longitud, carnívoro y pariente muy cercano de las mangostas. Su actividad suele ser diurna y es la especie de mamífero carnívoro con la que más me he cruzado en Andalucía, no por eso siendo fácil de fotografiar.”Andrés M. Domínguez

El meloncillo (Herpestes ichneumon) es un mamífero vivérrido de casi un metro de longitud, carnívoro y pariente muy cercano de las mangostas. Su actividad suele ser diurna y es la especie de mamífero carnívoro con la que más me he cruzado en Andalucía, no por eso siendo fácil de fotografiar. Abunda en las zonas donde el conejo goza de buena salud en cuanto a población, de ahí el afán de bastantes cazadores por incluirla como especie cinegética. Es una especie con la que disfruto cuando he trabajado con ella por las posturas tan curiosas que realiza, desde agachada y alargada al caminar, como levantándose gracias a sus patas traseras y hasta saltando y subiendo por arbustos en busca de pajarillos con una agilidad asombrosa.

Cuando va en busca de comida junto a sus crías forman un “tren” de meloncillos, ya que detrás del adulto, sus tres o cuatro crías caminan cada una con la cabeza junto a la cola del que va por delante.

La alimentación es variada, desde gazapos, todo tipo de reptiles, anfibios y aves hasta insectos (pueden ocupar un porcentaje alto en su dieta) o frutos. Además lo hemos observado comer peces muertos que han quedado en arroyos secos o acercarse a desechos humanos para consumir restos de comida.

La gestación dura casi tres meses y de los partos normalmente nacen de dos a cuatro crías, cubiertas de un fino pelo corto y de color uniforme. Es un animal que debemos preservar, ya que, aunque muchas personas interesadas lo implican en el descenso de la población de conejo, no hay que olvidar que el único culpable de la bajada poblacional de este roedor es el hombre, con la introducción de las ya conocidas mixomatosis y la hemorragia vírica. Por otro lado también consumen muchos ofidios por lo que pueden equilibrar el consumo propio de este roedor tan importante de la cadena trófica.

Andrés M. Domínguez