Me parecieron estos mújoles mucho más claros que los del puerto.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
8:10
De obra de arte, creo que se puede calificar el escrito que nos ha enviado con esta foto Juan Carlos Delgado Expósito, sobre su tarde de ayer en junio.
No soy la única que lo pienso pues PILAR LÓPEZ también le felicita en el TABLÓN DE LOS LECTORES.
Es esto lo que aquí tratamos: ver la Naturaleza, entre todos, mientras sucede, y eso no excluye al que aún no sepa el nombre de las especies, porque es suficiente con que nos envíe una foto, video o texto de lo qué está viendo ahora mismo, y entre todos trataremos de averiguarlo, para que aprenda poco a poco a mirar la Naturaleza como hace Juan Carlos Delgado Expósito.
Feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno
UNA TARDE DE JUNIO
3 de junio de 2009
El reloj de la torre de la población de Higuera la real, marca las siete, al menos eso me indica la campana con sus toques. Me encuentro caminando por un camino a la salida de una de las calles de la población, aquí aun se conservan bien los muros de piedra, el paisaje lo componen olivares y huertas donde crecen higueras, almendros, granados o algún castaño entre otros árboles.
Varios mochuelos emiten desde el olivar su reclamos, posiblemente se trate de alguna familia; los volantones aun estarán al amparo del hueco en la troncaja de algún olivo centenario.
A lo largo del camino observo, en diferentes puntos varios sapos comunes muertos hace ya tiempo, pues se encuentran momificados, aplastados por las ruedas de los vehículos que transitan por aquí.
A un lado y otro del camino aun adornan las flores del hipericón, ¿Recuerdan?, y el rojo de las amapolas. En la orilla izquierda un gran álamo blanco levanta sus ramas al cielo de manera majestuosa. En una casa de campo más bien abandonada los gorriones comunes se han apoderado de su tejado y de sus ventanas, donde han instalado sus nidos, fíjense en la fotografía y vean la cantidad de pastos que acarrean para construir sus nidos.
Un poco más adelante al lado de un molino harinero, ya en desuso como todos los que se encuentran en estos contornos, un gato negro y blanco sestea a la sombra de un nogal, que muestra ya sus frutos muy desarrollados, pero aun muy verdes.
Algún granado que crece salteado aquí y allá muestra sus rojas flores, preludio de los frutos del mismo color cuando se abren. Un águila calzada de plumaje oscuro, planea por la zona a poca altura, no es muy frecuente ver esta fase de coloración en esta ave, pues la más frecuente es la de color clara, al menos por estas tierras sureñas.
Una viña enseña ya sus frutos aun pequeños y verdes, pero que con el tiempo darán buenos pitarras que serán paladeados al calor de la lumbre cuando llegue el tiempo frío.
En la fuente y pilar que se encuentra a la vera del camino, hay algún tritón ibérico, algún otro jaspeado y algunas ranas verdes que saltan nada más acercarme a la orilla del pilar.
El sol pierde algo de fuerza y se encamina hacia la meta del Oeste, yo me encamino hacia el Sur de regreso a casa.
Juan Carlos Delgado Expósito