“A estas alturas del verano los nidos de las cigüeñas blancas y las garzas reales, se encuentran vacíos” Crónica de J.C. Delgado Expósito.

“A estas alturas del verano los nidos de las cigüeñas blancas y las garzas reales, se encuentran vacíos” Crónica de J.C. Delgado Expósito.

“A estas alturas del verano los nidos de las cigüeñas blancas y las garzas reales, se encuentran vacíos”

Juan Carlos Delgado Expósito

EL EUCALIPTO DEL PEDRUEGANO

A estas alturas del verano los nidos de las cigüeñas blancas y las garzas reales, se encuentran vacíos, las aves se alimentan en las charcas que el estío va reduciendo cada día que pasa, en esas charcas se alimentan de anfibios, insectos acuáticos, cangrejos o peces. En esta ocasión los nidos donde nacieron se encuentran cerca, concretamente en este eucalipto que pueden contemplar en la fotografía, donde algo más de una docena de parejas de garza real y otro tanto de cigüeña blanca, tienen instalada desde hace años, su colonia de cría. El río donde se alimentan las aves y donde se encuentra este magnifico ejemplar de árbol australiano, es el Pedruegano, tributario del río Ardila, que a su vez es afluente del Guadiana.

El eucalipto del Pedruegano, se encuentra en el término municipal de Fregenal de la Sierra, pero más cerca de la población de Valencia del Ventoso. Se trata de un árbol inmenso de unos veinticinco metros de altura, con un perímetro en la base de casi ocho metros. Su edad puede estar entorno a los cien años, quizás algo más. En su entorno hubo hace ya bastantes años un bosquecillo de otros ejemplares, como lo demuestran los tocones ya viejos que se observan a su alrededor.

El árbol presenta un tronco macizo, con ligeros contrafuertes y algunas raíces que quedan al aire. Hacia el Noroeste se observa una gran verruga a la altura de un metro y cincuenta centímetros. Su corteza es lisa, de la que se desprenden grandes tiras finas.

En su zona Oeste crece una rama muy horizontal a una altura de dos metros del suelo, un poco más arriba comienza a formarse lo que es la estructura del árbol sobre cuatro cimales o ramas principales, que a su vez se subdividen una y otra vez, hasta alcanzar una altura inmensa. Este eucalipto se encuentra muy sano.

A su sombra hoy se resguardan del intenso calor de Julio, un rebaño de ovejas, todas modorras y quietas, echadas, sobre el terreguerío, donde se observan viejos nidos de las aves mencionadas, que han caído a causa de los temporales o bajo su propio peso. También se pueden ver algunos cadáveres de garzas jóvenes y de cigüeñas que se han precipitado de sus nidos.

En los grandes nidos de las zancudas, los gorriones morunos continúan entrando y saliendo en sus nidos globosos, sin duda realizando otra puesta o alimentando a sus polluelos. En el suelo también se ven nidos de estos gorriones caídos, están fabricados de gramíneas principalmente, pero también de finas cuerdas, algún trozo de lana y otros materiales.

Un paisano pasa montado en su tractor y me mira con curiosidad, mientras disfruto de este árbol singular, ignoro que puede estar pensando este hombre al verme aquí en medio de tanta calor, seguro que nada bueno.
Juan Carlos Delgado Expósito

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