Vaya por delante que la foto de la araña cangrejo es de Pilar López, magnífica, como todas las fotos que nos envía; aunque lo que yo tengo ahora mismo en la cabeza es la carta que me mandó un científico hace unos días desde una universidad madrileña, donde me decía que no hay árboles malos y que había que huir de la subjetividad: “En especial la persistencia de “quemar” o “arrancar” los “árboles malos”, según criterios subjetivos. Al final no queda uno”.
Es cierto que son pocas las especies que medran con éxito dadas las condiciones generales de nuestros suelos. Especies que no gustan, como el eucalipto o el pino.
Pero, pregunto: ¿no es hora ya de ir pensando en otras especies que no tengan al fuego como estrategia de expansión?
¿No se podría, y esto es solo un sueño, darle a los árboles el mismo cuidado que se le da a los cultivos, al menos los primeros años, que se riegan por goteo y hasta se les tapa para que no pasen frío?
¿Y no sería más interesante, aunque fuera menos productivo en principio, intercalar las especies para que las plagas no se propagaran con tanta velocidad, huyendo del monocultivo?
Y usted, lector de esta página, ¿qué piensa usted? ¿Qué cree que tendría que cambiar en la gestión de los montes en España?
Que pasen un buen día,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S. La araña cangrejo-Diaea dorsata-es pequeñísima con su medio centímetro de tamaño, pero es capaz de cambiar de color para camuflarse. Sus patas delanteras se adelantan al cuerpo y son planas, como las de un cangrejo.