Me quedé ayer asombrada cuando, sobre una hoja, vi a la hembra de esta Calopteryx splendens, tan verdosa y clara y dorada que pasaba desapercibida, hasta que llegó volando el macho con sus cuatro alas azules, y la agarró por detrás de la cabeza.
Después dobló completamente su abdomen la hembra para formar un corazón perfecto, y al poco rato se fue a posarse sobre otra hoja, esta vez de una planta sumergida en el río, donde con el abdomen aún curvado, fue dejando la puesta de huevos.
Este sol de septiembre, cálido y suave al mismo tiempo,la luz de estos días donde ya casi no se oye a los pájaros, se llena de pronto de alas de toda suerte de insectos que se reproducen como si fuera a acabarse el mundo, y aquí y allí van dejando silenciosamente su puesta entre las plantas, antes de que llegue el invierno.
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Que tengan un buen día,
Mónica Fernández-Aceytuno
VEA AQUÍ A LA HEMBRA ESPERANDO AYER SOBRE UNA HOJA DE GRAN SUPERFICIE AL MACHO
VEA AQUÍ EL MOMENTO EN EL QUE FORMAN EL CORAZÓN
VEA AQUÍ A LA HEMBRA PONIENDO AYER LOS HUEVOS A LOS POCOS MINUTOS SOBRE LAS HOJAS DE LAS PLANTAS SUMERGIDAS DEL RÍO