Al volver a casa me he encontrado a las glicinias entrando con el sol por las ventanas.
No hay política más valiente que la de plantar árboles, que no es cosa de hoy para mañana, sino de aquí a varios siglos.
No hay política más valiente que la de plantar árboles, que no es cosa de hoy para mañana, sino de aquí a varios siglos.
Pero apresar brinzales en la tierra no es lo mismo que sembrar centeno porque, si a estos árboles les ocurriera algo, estaríamos perdiendo, no una cosecha,sino el tiempo, que es irrepetible. Huyamos, pues, del monocultivo que contagia las enfermedades a la velocidad del rayo, y recordemos a las olmedas que murieron por vivir tan juntas, y a los eucaliptos, por ser tantos, cuyas hojas aparecen hoy en lo alto de las copas afectadas por su plaga australiana. Ya lo predijo Ceballos: que un día llegaría también a España el Gonipterus scutellatus, que, con el eucalipto, rascacielo entre los árboles, acabaría un gorgojo. Por eso conviene intercalar las especies arbóreas que nos admita el poco suelo que nos queda, mezclar todas las ramas como haría un viejo jardinero, un niño, o la propia Naturaleza.
Detrás de esos cables donde hace unos días se posaron ya las primeras golondrinas; detrás, en el vacío,los árboles dejarán pasar el sol en invierno, darán sombra en verano y, con sus raíces, agarrarán la tierra que pisamos cuando nos hayamos ido.
M.F.A.
ABC, Lunes 25-2-2002
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Buscando más información sobre los gorgojos, me encontré ayer con este artículo escrito en 2002, el cual traigo de nuevo, porque sigo pensando hoy lo mismo.
Por aquí ha amanecido hoy un día precioso, espero que también en muchos otros lugares. Que pasen un buen día,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S.La imagen de portada de hoy es de una lagartija italiana(Podarcis simula) fotografíada recientemente por Juan Carlos Delgado Expósito y de la que nos habla en su estupenda crónica: