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CARRIZA
CARRIZA
Las estrellas pierden su nombre en la noche nublada, que es una noche muy parecida a la que entramos cuando dejan de pronunciar nuestro nombre los que más queríamos. El vernáculo carriza, fue pronunciado durante siglos por infinidad de personas que hoy ya no viven, pero sobrevivió este nombre en algunos lugares para referirse a un pájaro pardo y pequeñísimo, no será más largo que todo lo largo que pueda llegar a ser un dedo meñique, y con las alas redondeadas del mirlo de río, como si bucear bajo el agua fuera algo parecido a volar entre las zarzas. Allí es donde suele construir unos nidos que son esféricos y huecos, con un agujero lateral de entrada, pero tan cerrado como una cueva por lo que, además de carriza, se llama Troglodytes troglodytes. Hace tres o cuatro nidos en distintos lugares, también en los tendales, y hasta ellos lleva a las hembras para que elijan uno, y lo tapicen por dentro de plumas si van a quedarse. Sugerido por los ornitólogos, lo que acaba de fijarse, es su nombre en el diccionario, gracias a la labor del académico Valentín García-Yebra.
Se calcula que en Europa viven veinticinco millones de parejas de carriza, lo cual quiere decir que cincuenta millones de pájaros salen hoy volando de la noche nublada de los siglos, y se posan otra vez, carrizas, en nuestra lengua.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 9-6-2003
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