Mientras manipulo a este alacrán para que salga bien en la foto, lanza sus latigazos con la cola para defenderse con su aguijón con el que inyecta el veneno.
Crónica de J.C.Delgado Expósito
Crónica de J.C.Delgado Expósito
El árbol, la catalpa, está un poco desmejorada por las obras que hicieron a su alrededor el año pasado, pero me alegra ver que aún da estos frutos en legumbre más largos que un antebrazo, y cuyas semillas son las primeras que planté en la vida, en el alféizar de esta ventana de la casa de mis padres.
Todavía me asombra que con un poco de luz, agua y tierra, una semilla de un árbol.
Mónica Fernández-Aceytuno