CIGARRILLAS

COLORIDAS CIGARRILLAS

Sus colores, parecen traídos de África, como si hubieran venido las cigarrillas con la bolsa de aire caliente que tenía a las abejas desesperadas, agolpadas en las ventanas, queriendo entrar al verdor y a las flores frescas de mentira que están dibujadas en las tapicerías.

Pero estas cigarrillas – Cicadella viridis (Linnaeus, 1758)- son cigarrillas europeas, y saltan estos días a muy poca altura, sobrevolando, rozando las hierbas, delante de los pasos que andan por los descoloridos prados. A veces, alguna levanta el vuelo y da la impresión de que se va lejísimos, con sus alas azules abiertas, hacia los manzanos. Son pequeñísimas. Miden menos de un centímetro y por eso, al principio, nos pueden parecer insignificantes saltamontes que nos oyen andar sobre la tierra, pero si conseguimos atrapar alguna cigarrilla con las manos y la miramos tranquilamente en casa con una lupa, nos asombraremos de sus colores verde claro, azul oscuro, amarillo limón, los mismos verdes y azules y amarillos que tienen en sus plumas los abejarucos, esos pájaros que comen abejas y que anidan en las sequísimas cárcavas, cuando vienen de África.

Como otro abejaruco sobre la tierra caliente, pálida y seca, las cigarrillas son, el color de la nada.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, Lunes 18-8-2003

www.aceytuno.com

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