Artículo leído en la entrega del Premio Literario Jaime de Foxá 2006
CORZOS
DESMOGAN LOS CORZOS
Esta luz menguante de los días corta igual que un cristal o una tijera las cuernas de los corzos.
A los pobres corzos, que parecen siempre inocentes gabatos, ciervos que no han crecido, ni siquiera les queda la denominación de venados que tuvieron hasta mediados del siglo XIV, cuando se llamaba venado a todo animal que era objeto de venación o caza mayor, desde el corzo al oso. Ahora venado es sólo el ciervo que, al contrario del corzo, desmoga con los días crecientes. Pero el proceso es parecido.
Se les forma bajo las rosetas situadas en la base de las cuernas, una suerte de anillo blanquecino por donde actúan las células osteoclastas, esas que, obedeciendo en el caso de los corzos al acortamiento de los días, sierran a su manera los huesos muertos que llevan en la cabeza. Y caen las cuernas como hojas que han caducado. Todos los años. Francisco Mangas lleva recogidos trescientos desmogues de corzo en los alcornocales de Cádiz, donde se oye la berrea de los ciervos en estos días.
Días que, al decrecer, acortan el canto del petirrojo, mandan a los niños al colegio y hacen florecer los brezos entre los desmogues del corzo.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 12-9-2005
Fondo de Artículos
de la Naturaleza de
www.aceytuno.com