DISIMULO DE MARIPOSA

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 26-4-2004

EL DISIMULO

Las mariposas entran con el sol por las ventanas.

Se diría que los rayos en línea recta las empujan hacia adentro, con la presión de un dedo de luz, con la fuerza de una orden, y así estos días anticiclónicos empiezan con el desalojo de unas mariposas que se hacen las muertas. Primero se atrapa sin dificultad a la mariposa contra el cristal soleado y, ya cerrado el puño, sin apretar, se nota que intenta volar en la oscuridad de la mano cerrada. Empero, teniendo por delante todo el campo y la ventana abierta, en cuanto la dejas sobre el marco, simula un último gesto, y estira las alas. Qué actriz. Si a partir de entonces no la tocamos, disponemos de unos dos minutos para observar sus alas abiertas e incluso contar los ocelos, esos ojos de mentira, negros, con un punto blanco en el centro que imita el brillo, el alma que hay en el fondo de los ojos. Nos deja tiempo de sobra para admirar sus colores anaranjados y para pronunciar su nombre en voz alta: Lasiommata megera.

Poco antes de irse, sin moverse, hace que la mueve la brisa y después emprende el vuelo, vivísima, hacia el trigo que, obedeciendo también al sol, verdea y crece. Entonces el día, con el sol y la mariposa y el trigo, se ensancha y, feliz, disimulando, respira.

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