BLANCO Y NEGRO
EL VACÍO
MÓNICA FÉRNANDEZ-ACEYTUNO
JUNIO 1999
EL VACÍO
MÓNICA FÉRNANDEZ-ACEYTUNO
JUNIO 1999
ACTUALIDAD NATURAL
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
ABC, Lunes 14-6-2004
LA ESCALERA DEL TILO
Tienen en su nervadura las hojas del tilo más de una escalera.
Se ve y se nota su relieve por el envés: una escalera de travesaños por entre cada dos nervios secundarios de la hoja que, cuando muere y se descompone, se queda en sus huesos, que no están hechos de calcio, sino de leño, y que son en fín estos nervios que la recorren. Por eso cuando una hoja de tilo pierde su frescura y sus verdes y hasta el otoño, no le queda más que un esqueleto que recuerda a un conjunto de escaleras. En su forma son idénticas a las que apoyan contra el tronco Elena y Obdulio, para recoger la tila, la flor que calma. Ayer el viento movía el árbol y sus hojas y esas brácteas a las que están unidas las flores que aún no se han abierto en Caín, tal vez la semana que viene, quizá la otra, y dicen que en ésto influyen las tormentas pero yo creo que es más bien el calor que precede a la tormenta, y no los truenos y los rayos, el que abre las flores tranquilas. En realidad, es tranquilo todo el árbol, y paciente hasta la última de sus hojas.
Porque a lo peor aún faltan tres semanas para que se recolecte la tila, pero ya tiene la hoja, grabada en su nervadura, la forma de la escalera que utilizará el que quiera alcanzarla.
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