Hay quien sabe, sin haberlas visto, que ya están las…
En casa
Estoy en casa, viendo amanecer sobre el valle y la niebla, con el suelo de los caminos cubierto de palidísimas prímulas silvestres florecidas, y los líquenes bebiendo el agua del aire desde lo alto del emparrado, mientras un cuervo grazna al sol igual que un perro ladrando a la luna, como si se enfadara con él, por traer la luz de nuevo.
Buenos días,
Mónica