ERIZO DE MAR

EL ERIZO DE MAR LLENA EL VACÍO

El mar estaba azul y frío ayer por la mañana en Los Escullos de Almería. Tenía el mar ese frío del agua que agarra la vida, que no la deja ir, ni la desata, que es capaz de atraparla en los caparazones de las púas verdes y moradas de los erizos cuyas gónadas, a estas alturas del año, llenan su vacío, informan Luis Reinoso, instructor de buceo, y Carlos Gabín, zoólogo marino.

Cuando las mareas de Levante caldeen el agua, cada erizo hembra arrojará al mar, a la deriva, 25 millones de óvulos que el frío retiene ahora: la temperatura gobierna la vida del erizo, su lleno y su vacío, y es en el agua, al azar, donde el óvulo se fecunda.

El erizo común-Paracentrotus lividus-pace algas todo el año y abre oquedades en las rocas con sus dientes masticadores -linterna de Aristóteles- que ahondan a lo largo de su vida, tanto, que llegan a quedar atrapados para siempre. De no cavar su propia trampa el erizo es andarín, con esos pies de estrella que llaman ambulacrales y que le permiten huir de la luz directa del sol que nada le gusta y de la que se protege poniéndose, a modo de sombrilla, pedazos de caracolas.

El mar estaba frío, a quince grados, ayer por la mañana en Los Esculllos, y los erizos, llenos. Sólo la tibia marea de Levante abre su vida al vacío, al azul y el verde del mar y el azar.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, Sábado 7-2-88

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