ACTUALIDAD NATURAL
LA SORPRESA
ABC, 28-4-1999
LA SORPRESA
ABC, 28-4-1999
Los acebuches de la dehesa del Toleíllo llevaban muchos años sin podar y los que en su día fueron varetas nacidas a su pie se habían convertido en verdaderos árboles que competían con los padres. Este invierno se limpiaron y seis meses después tomé las fotos que te adjunto.
Los anillos concéntricos que en cada período vegetativo se han ido formando alrededor de los del año anterior no son circulares sino más bien ovalados en el caso de la primera fotografía o de forma acorazonada en la segunda. Pienso que en ambos casos el viejo acebuche forzó el crecimiento secundario irregular de las ramas suprimidas deformando los anillos.
Pero lo que ha llamado mi atención no han sido los mencionados anillos, poco apreciables en ambas imágenes, sino la bellísima forma en la que han aparecido una serie de resquebrajaduras que se han formado perpendicularmente a dichos anillos partiendo del centro inicial del tronco y llegando hasta su periferia. Suponía que la disposición radial de las hendiduras obedecería a leyes físicas muy elementales. Se lo pregunté a Monchu Argüelles que en su condición por una parte de Ingeniero de Montes y por otra de Catedrático de Cálculo de Estructuras de la UPM y reconocido experto en el uso estructural de la madera debía tener la respuesta adecuada. Su contestación no se hizo esperar: “… las hendiduras que aprecias en la fotografía se denominan fendas. Son agrietamientos longitudinales que cortan radialmente los anillos de crecimiento en una sección transversal. Se producen como consecuencia de los cambios de humedad. Se presentan en vigas de gran escuadría de madera alarmando a los usuarios pero por su posición, próxima al eje de la pieza, no suelen tener relevancia.”
Además de ilustrarme Monchu con el porqué de los agrietamientos me ha enseñado una nueva palabra: fenda.Te la propongo para tu diccionario. Segun el Drae, fenda es la “raja o hendidura al hilo de la madera”. Procede del antiguo fender, hender. Sí fenda es una palabra bonita, que suena bien, muy adecuada, por ejemplo, para usarla como nombre de una podenca (“Fenda ven, toma Fenda, guapa, ven…”) todavía suena mejor decir fendas en tocón. Parece como si estuvieramos oyendo las campanadas de la Berenguela compostelana en un lluvioso atardecer.
Un abrazo. Joaquín
Las fendas acuñan otro árbol en el tocón.
Muchas gracias Joaquín.