Son grandes controladores de insectos, moscas, mosquitos, polillas, y hormigas como las que observan en la fotografía, en la que se ve como esta salamanquesa, a la que considero mía pues se encuentra en el patio de mi casa, que es muy particular, se está alimentando como digo de hormigas justo frente a la ventana desde donde les estoy escribiendo esta crónica. Crónica de Juan Carlos Delgado Expósito
LA SALAMANQUESA
Hace algunos días en la crónica dedicada a la lechuza, les hablaba también de las salamanquesas que se apostaban junto a la luz de las farolas, en las paredes de los edificios para atrapar los insectos que son atraídos a la luz, durante las noches de verano. Pero estos gecónidos también se mueven durante el día y los podemos encontrar tanto en nuestros pueblos y ciudades como en el campo. Pero como casi todos los reptiles, las salamanquesas también han sido y aun hoy son victimas de las creencias y supersticiones, y por lo tanto se les elimina nada más se les ocurre entrar en alguna vivienda o se ponen cerca del homo sapiens. Por estas tierras, al igual que en otras regiones de la Península Ibérica, existe la creencia de que estos reptiles son especialmente venenosos, nada más lejos de la realidad, está más que demostrado que son animales totalmente inofensivos para el ser humano. Son grandes controladores de insectos, moscas, mosquitos, polillas, y hormigas como las que observan en la fotografía, en la que se ve como esta salamanquesa, a la que considero mía pues se encuentra en el patio de mi casa, que es muy particular, se está alimentando como digo de hormigas justo frente a la ventana desde donde les estoy escribiendo esta crónica. Este ejemplar y otros cuatro más de diferentes tamaños, salen cada tarde cuando ya el sol baja lentamente y se alimentan de hormigas y otros insectos y me deleitan a mi con sus lances tan exactos, que aun no les e visto fallar en ninguna ocasión, son rápidas y certeras.
Antaño se creía que si estos reptiles caían o andaban por los cacharros que posteriormente se iban a utilizar para cocinar, serían envenenados todos aquellos que comiesen en los tiestos mencionados. Pero la creencia más graciosa es aquella que se cuenta y que dice que si la salamanquesa te mira, te cae encima o te escupe, inmediatamente te quedarás calvo, yo ya me estoy quedando calvo, pero no se me ocurre echar la culpa a las salamanquesas. Creencias y bromas a parte, si está claro que nos encontramos ante unos maravillosos seres que podemos considerar el insecticida más barato y ecológico existente cerca de nuestra viviendas. Grandes trepadoras, se desplazan por todas las superficies con sus dedos adhesivos. Con sus grandes ojos, nos miran y parecen decir: Qué hacen estos humanos que nos están exterminando, cuando lo que tienen que hacer es mimarnos. Pues eso, queramos a las salamanquesas que son buenas amigas y olvídense historias.
Juan Carlos Delgado Expósito