8:39h. Un mirlo está quieto mientras escribo. Es una silueta pequeña y negra, redondeada, como si estuviera dormido, o esperando a que amaneciera entre las nubes.
El ruido que hacen las libélulas con las alas es muy sonoro para lo frágiles que parecen: son como la piel de un tambor.
El ruido que hacen las libélulas con las alas es muy sonoro para lo frágiles que parecen: son como la piel de un tambor.
Creo que este ejemplar pertenece al género Cordulegaster, de 8 centímetros de longitud, pero parece enorme dentro de una habitación, como si se amplificara su imagen entre las paredes con el eco de su sonido. Y veo también ahora en la foto que echa las alas para volar más adelante y más hacia atrás de lo que se observa a simple vista.
Por aquí suelo ver estas libélulas cuando empieza a acabarse el verano.
Feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno
Y la aportación de los usuarios:
LIBÉLULA AL SOL, POR PILAR LÓPEZ