Al abrir hace un momento la contra, ha caído esta suerte de ramita de la ventana.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Buenas. ¿Qué tal ha empezado por ahí el día? Por aquí, antes que nada, les contaré que anoche estaba, sobre la mesa del porche, esta esquiva y dificilísima de ver esfinge de la correhuela, a la que dejé un euro al lado, para que pudieran hoy apreciar la enormidad de su tamaño.
Yo desde luego, es el lepidóptero más grande que he visto por aquí en mi vida, tan larga como un dedo de una mano, y tan robusta y tan ancha que sus ojos son enormes, y las antenas plumosas como las de un ave, y la espirotrompa, dicen, alcanza los diez centímetros.
Y es lógico porque estamos ante la esfinge de la correhuela, esa planta cuyas flores se despliegan y se abren como campanas, blancas y moradas, por lo que hay que tener una trompa muy larga para libarlas.
Lo que ocurre es que esta enorme esfinge, de la que casi da miedo estar cerca, es tan nocturna que se ve muy poco, a no ser que venga a posarse a la mesa de nuestra casa, cosa que no me extraña por aquí, ya que este año la huerta, en la que tan mal me fue, se cubrió de correhuelas.
Que pasen un feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno
Les dejo hoy con tres recomendaciones.
Para empezar unas preciosas líneas del libro
HISTORIAS Y LEYENDAS DE LOS ÁRBOLES DE CANARIAS de Miguel Herrero Uceda.
Y además
LA TARABILLA NORTEÑA, POR JUAN CARLOS DELGADO EXPÓSITO, donde nos ilustra sobre las aves que están pasando ahora mismo, con un breve comentario sobre la cantidad de agua que ha caído por Extremadura estos días.
Y desde ahora mismo:
VEA AQUÍ EL VIDEO GRABADO POR FOTOTRAMPEO DE LOS ANIMALES SILVESTRES NOCTURNOS, como el tejón del que hablábamos ayer en el DIARIO DE LA NATURALEZA.