Buenas. Este año he visto menos jabalíes como si las lluvias de julio hubieran llenado la tierra de miñocas y no les hubiera hecho falta subir desde el río a los maizales, para tumbarlos y comer sus mazorcas.
Y así hoy que ha amanecido soleado, veo desde aquí los maizales alineados sin una falta, con sus escabezos en lo alto, y sus mazorcas muñequeando en los tallos.
Otros años aparecían por la mañana los maizales como si se hubiera celebrado allí una fiesta, o más bien un festín, y todo hubiera quedado destrozado y tirado, para desesperación de los campesinos.
Para mí una de las cosas más bonitas de vivir aquí era cuando en esta época se recolectaban las mazorcas y la gente se sentaba a la puerta de las casas a quitarles las hojas, con las que hacían colchones. Después se molía la harina y quedaban los corozos, que es el corazón de la mazorca, que nos servía para encender el fuego.
Hoy todo está ya mecanizado. Incluso el maizal es otro. Puede que lo único que siga igual sean los jabalíes, hozando la tierra de noche.
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Que pasen un feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S.
Les dejo hoy con esta foto por fototrampeo de los jabalíes en plena noche, de nuevo por la amabilidad de Julián Zamora, y con la crónica, estupenda como siempre, de Pilar López.
Donde nos cuenta que “esta mañana”(N.de la R.:por ayer por la mañana),”cuando iba conduciendo, pasaron por encima de la carretera tres buitres leonados, tan cerca del coche que me quedé asombrada con su envergadura.”
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