Ya están florecidos los lirios junto a los alfilerillos de pastor.
Pilar
Pilar
De pronto de entre la hojarasca levanta el vuelo una choca perdiz, también conocida con el nombre de pitorra, al acercarme al lugar de donde ha salido el ave, observo la tierra removida, donde ha estado rebuscando los insectos ocultos para alimentarse.
Juan Carlos Delgado Expósito
EL BOSQUE GALERÍA Y EL CHESQUERO
Este primer día del mes de noviembre, se ha presentado como el último día de octubre: con mucho calor. Esta mañana he decidido perderme durante algunas horas, por las orillas del río Ardila, en su zona media. Aquí los bosques llamados galería o bosques riparios están formados por diferentes especies de árboles: fresno común, chopo, eucalipto, mimbrera, morera, majuelo, olmo, acacia de tres espinas, aliso, fresno americano, y un sin fin de arbustos y plantas menores. Algunos de estos árboles han sido introducidos en zonas apartadas y el agua y los pájaros han traído las semillas, que ahora son árboles.
Paseando por esta espesura, con mucha dificultad debido a lo enmarañado del terreno, se siente uno a muy a gusto; el olor de la húmeda hojarasca, los rayos del sol entrando como pueden entre las ramas de los árboles, el canto de los omnipresentes petirrojos, el picoteo en la madera del pico picapinos, el chapoteo de alguna carpa en el río, los pico de coral que se mueven de un lado a otro en pequeños grupos, aves foráneas que se han adaptado bien a la zona.
De pronto de entre la hojarasca levanta el vuelo una choca perdiz, también conocida con el nombre de pitorra, al acercarme al lugar de donde ha salido el ave, observo la tierra removida, donde ha estado rebuscando los insectos ocultos para alimentarse.
Una rata gris se pasea por la orilla contraria, al pronto pensé que se trataba de una rata de agua, un mirlo sale de estampida al ver que se acerca el roedor, cerca de donde el se encuentra.
Las gallinetas de agua al percatarse de mi presencia, salen chapoteando del agua y emitiendo sus reclamos de alarma, para ocultarse entre la espesa vegetación de la orilla.
Oculto entre la vegetación, observo los avatares de un martín pescador que está posado al otro lado, allí se lanza al agua, pero no observo si pescó algo o no.
Se hacen visibles entre la vegetación los pasadizos dejados por los mamíferos, que bien podrían ser de nutrías o de meloncillos, las dos especies las he observado aquí en otras ocasiones. Un poco más adelante y sobre unos rocas de la orilla aparecen excrementos de nutrias, así que la cosa puede estar clara.
Las hojas de los chopos caen lentamente, no parecen tener prisa esta temporada en despojarse de sus hojas. El contraste de colores es magnífico: amarillo y marrón de hojas, rojos de bayas de escaramujo y majuelo, claroscuros de sombras y rayos de sol, verde de hierbas y hojas y ese olor ancestral.
Algunas setas de chopo, crecen al pie del árbol, y los chesqueros como los de la foto, se agarran al tronco de una mimbrera, mientras una curruca me observa hacer la fotografía, para que ustedes la disfruten.
Juan Carlos Delgado Expósito
Juan Carlos Delgado Expósito