12:54 El verano es el calor y es el desorden. Desde que ha empezado, no consigo poner orden en mi vida, pero la felicidad es desordenada, mientras el calor pesa en las alas de las golondrinas...
Por esta ventana, y a unos setenta metros de distancia, grabé ayer una escena curiosísima.
Por esta ventana, y a unos setenta metros de distancia, grabé ayer una escena curiosísima.
La calidad de la imagen no es buena, como siempre que el video está en mis manos, pero esta ventana me permitió que una de las aves más tímidas que conozco, el pájaro carpintero, no me viera.
En realidad no era uno, sino toda una familia de Pitos reales (Picus viridis), al menos tres ejemplares escarbando entre la hojarasca y la hierba con su larguísimo pico, imagino que para luego atrapar con la lengua los insectos que viven en la tierra. Lo curioso es que a cada rato, como si sospecharan que alguien les estaba mirando, levantaban la cabeza y oteaban el horizonte. De haberme visto, hubieran levantado el vuelo dibujando ondas como las olas que quieren romper y no pueden.
Al poco rato, llegó otra familia, esta vez de arrendajos, con su precioso colorido canela, blanco,negro y esa pincelada de un azul maravilloso. Fieles a su nombre científico, Garrulus glandarius,(ruidoso “bellotero”) empezaron a engullir, enteras, bellotas de roble. Y así estuvieron un buen rato, carpinteros y arrendajos casi juntos, llevándose bien los unos con los otros, por no disputarse, el mismo recurso.
Bajo el mismo árbol, unos comen los insectos y otros comen los frutos.
Que pasen un feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno