Cuando yo era mocito recuerdo aquellas canciones tipo habanera que decían:
“De colores, de colores se visten los campos en la primavera. De colores, de
colores son los pajarillos que vienen de fuera. De colores….y por eso las
niñas bonitas de muchos colores me gustan a mí”….
Quiero pensar que en el mosaico que forma nuestra península, quizá la
naturaleza nos falló en el reparto de pájaros de colores. Los que nos
tocaron podrían haber sido algo más luminosos y coloreados, comparado claro
está con el plumaje y colorido de otras aves, que son verdaderamente
maravillosos.
Naturalmente que nuestro clima soleado, seco, sin selvas tropicales, etc..
no sería propicio para aquellas pequeñas aves casi de laboratorio. Así que
tenemos que aceptar, aunque no sean autóctonos, a nuestros bonitos
Jilgueros, Petirrojos, Abejarucos, Verderones, y más nuestros como la
Perdiz, el Urogallo, etc.. Pero tampoco está mal que tengamos la Cogujada,
Totovía, Calandria, Abubilla, y la pizpireta Lavandera entre otros muchos.
Creo que les va mejor a nuestro color pardo de tierra seca y soleada.
¡Qué sería que nuestros Gavilanes y Azores tuviesen que alimentarse
atrapando Colibrí o análogos con plumajes brillantes y colores tan variados
en sus colas que parecen perifollos de modelos en festivales de carnaval!. A
nuestras pobres aves de rapiña, o les daría miedo atacar a estos pequeños y
luminosos pajarillos o les daría pena por descomponer la armonía de sus
colores y largas plumas.
<br>La naturaleza también nos sorprende a veces con casos chocantes y curiosos.
De vez en cuando y desde hace algún año visitan mi jardín un grupo de
Gorriones. Observo que uno de los machos tiene dos plumas blancas en la cola
del mismo tamaño que las otras. Digo yo que será pío.. pero no pío de
venerable eclesiástico, sino pío de pío, de mancha de pelo.
Retomando el artífice de nuestra historia, osea el Abejaruco y hablando de
los colores, puede que sea el que más tiene. Este pájaro es algo
independiente y no tiene gran deseo de acercarse al hombre como otros para
nidificar, etc.. Cuando nos visita vemos que sus nidos están horadados en
testeros de cauces de ramblas y pequeños ríos. Siempre perforan las paredes
a una altura no alcanzable para el hombre y además procuran que sean muy
lisas para evitar depredadores como culebras y otros animales que merodean
por las noches.
Las crías son muy voraces, si observan que les introduces algo comestible se
tiran a picar como locas, por eso las últimas que nacen puede peligrar ya
que los hermanos mayores no le permiten que se alimente compartiendo algún
insecto, etc.,. en algunos casos éstas últimas pueden morir. Esto también
ocurre en nidos de otras especies donde los pequeños mueren por inanición y
pisoteados por los hermanos mayores.
Casi todos los insectos que capturan, lo hacen al vuelo y si alguno de ellos
les puede molestar con sus picaduras como avispones, abejas, abejorros etc.,
hacen lo que sugieren algunos técnicos de bolsa que es “sentarse en el
papel”, es decir, el Abejaruco se sienta en una rama a esperar que sus
capturas y a pesar de su largo pico se vayan mareando o casi muriendo para
que al tragarlas sus no les causen molestias a sus crías
Me da la impresión que lo que más les apetece son las Abejas siempre que
vayan de regreso a la colmena amarilleando sus patas cargadas de polen. Yo
creo que las esperan como para tomarse un postre dulzón como un Tiramisú
después de haberse tragado un Tábano o un Abejorro gordo y negro.
Cuando hacen sus deberes en la península y se van marchando a finales de
Agosto o primeros de Septiembre, me sorprende su actitud, suelen hacer los
vuelos a primeras horas de la tarde en pequeños grupos, no van volando
rectos en caravana como lo hacen las Grullas u otras variedades. Los
Abejarucos parece que van en el aire como jugando, tranquilos, haciendo
círculos y casi nunca se les ve volar. Van muy altos. Siempre los oigo
cantar repitiendo cinco o seis notas iguales, sólo dicen “cru-cru, cru-cru,
cru-cru”. Deben de alimentarse con insectos que superan una altura máxima
que desconozco.
Cada ave tiene su sistema cuando se va marchando y el Abejaruco lo hace “sin
prisa y sin pausa” a su aire, despacio, ¿será por no cansar a las crías que
no se ven pero sí se oyen?. Lo más bonito es que nos van diciendo adiós con
ese sónar monótono que se percibe en el silencio de un submarino, creo que
es un saludo de despedida que hay que agradecer. Parece que nos quieren
decir que volverán el próximo año y nos lo recuerdan con ese canto lejano y
algo tristón como un estribillo de villancico de Navidad. ¡Qué maravilla!
Un cordial saludo,
Jerónimo