Una sola hembra de erizo arroja al azul del mar y del azar veinticinco millones de óvulos.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
En el jardín de mi casa de Madrid hay tres moreras. He comprobado, a lo largo de veinte años, que las moreras tardan en perder sus hojas varios meses, y las pierden poco a poco. Hasta este año.
La primera noche que llegamos a los 5º bajo cero ¡las perdieron, todas, de golpe! A la mañana siguiente sus ramas estaban desnudas y el suelo con la alfombra de cientos de hojas verdes. Mónica, ¿habías observado eso alguna vez?
Un saludo
Ernesto