Otra seta que ignoro, esta ha crecido en la base creo que es un roble, está seco y no tiene hojas. Jardín del Príncipe.
Jacinto Lopez Carneros
Jacinto Lopez Carneros
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
PINGÜINOS
Están llegando estos días al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre Arrano Etxea en San Sebastián, Urias, para cuyos parientes usaron por vez primera los marineros en Terranova, en el siglo XVI, el nombre de: pingüinos.
NATURALEZA en ABC.es
ABC,13-1-2010
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Tengo ahora, al reproducir el artículo de hoy en ABC, la duda de si se le llama al arao, urias o urías (tal y como me pareció oír desde el centro de recuperación por teléfono).
En cualquier caso, ninguna de las dos acepciones, figura en el DRAE,ni tampoco, y esto es más lamentable, que yo haya visto: arao, para estas aves parientes de las primeras a las que se llamó pingüinos, antes de que otras aves distintas les quitaran para siempre el nombre.
Toda aportación a este asunto de los nombres que recibe la especie Uria aalgae será bienvenida.
Por mi parte dejo aquí lo que escribí sobre ellos en 1999.
Que pasen un buen día.
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LOS ÚLTIMOS ARAOS
Cuenta Gloria, la que fuera hostelera de los torreros del faro de las Sisargas, que ayer, el mar que rodea a las islas, amaneció dormido.
Mientras hablábamos, iban llegando con el día imágenes de acantilados de poniente, islas llenas de araos y de cazadores jugándose la vida; y un olor a cocina antigua, a salsa de perdiz, salía con la voz del teléfono mientras Gloria recordaba cómo preparaban los araos, y cómo los pelaban; porque, un arao, no se despluma.
Recuerdan un poco a los pingüinos por su color blanco y negro, y por la postura erguida; además, el vernáculo pingüino designó a un pariente del arao ya extinguido, el Alca impennis, que recibió el nombre de los pescadores que navegaban a Terranova en el dieciséis; aunque, más tarde, los pájaros bobos de la Antártida, le robaran para siempre el nombre de pingüino.
No fue la caza, la razón por la que hoy crían sólo 15 parejas de arao común –Uria aalge -en Galicia; no: parece que no hay araos por cambios en el agua, por la falta de anchoas. Pero las crías nuevas ¿cuántas? antes de volar, se tirarán esta tarde al mar dormido. ¿Hay esperanza para los araos? Tal vez. Siempre tal vez. Tal vez viven ya sólo por ese tal vez.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 5-6-1999
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VEA Y OIGA PINCHANDO AQUÍ EL “ORR, ORR” POR EL QUE SE LES LLAMA ARAOS