Las ricias de los cereales de invierno saben que son extemporáneas y que su vida va a ser muy efímera pero se dan mucha prisa en terminar su ciclo vegetativo.
Joaquín
Joaquín
Entre las ramas hay viejos nidos, grandes, medianos y pequeños, según sean de mirlo, verderón o jilguero. Hasta tres y cuatro por árbol.
Me gustan los árboles que el invierno desnuda, porque entre sus ramas se adivinan los nidos que las aves hicieron la última primavera. Estos nidos son casi imposibles de descubrir cuando las ramas están cubiertas de hojas.
En una avenida cercana a mi calle, hay plantados pequeños arces que ahora mismo tienen las ramas desnudas, sólo cuelgan de ellas algunas semillas, pues el viento de los últimos días ha hecho caer muchas al suelo. Estas semillas son aerodinámicas, y giran como las hélices de un helicóptero. A los niños les encanta coger muchas a la vez y soltarlas lo más alto que pueden, para verlas caer al suelo dando vueltas.
Entre las ramas hay viejos nidos, grandes, medianos y pequeños, según sean de mirlo, verderón o jilguero. Hasta tres y cuatro por árbol.
Ha llovido tanto y hay tanta agua, que el embalse de Valdesalor está rebosando. Muchas personas nos hemos acercado a verlo esta tarde de domingo en la que ha salido un poquito el sol. El agua cae por la presa en un espectáculo digno de ver.
Todos nos preguntamos cuándo volveremos a verlo de nuevo así, tan lleno, tan pletórico.
Un cordial saludo.
Pilar López.