Como un verso suelto sobre el silencio son las aves sobre la nieve.
Mónica
Mónica
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Buenas. Hoy es San Antón y aún recuerdo el frío que pasé en la iglesia de San Antón de Madrid dando una conferencia sobre “El cuervo que llevó el pan en San Antón”.
Tengo que buscarla porque era, al menos, breve.
Mientras tanto, dejo aquí este conejo silvestre –Oryctolagus cuniculus-que vive junto a una gasolinera por la que paso con frecuencia y junto a la que una familia de conejos tiene su vivar, quizá porque se sienten más seguros junto al trasiego y el tráfago humanos, que en el monte, donde están en la cadena trófica de hasta cuarenta especies distintas, desde el búho real al turón, pasando por la comadreja.
La foto es de ayer por la tarde, y se ve al conejo entre las flores, oxidadas por el frío, del brezo.
Que pasen un buen día.
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Y hoy en ABC.
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
ABRIGO
Bajo la leña que está apilada a la intemperie, ennegrecida por la nieve y la lluvia caída, pasan el invierno sapos, caracoles y cárabos de élitros tornasolados. A toda suerte de animales, les gusta el abrigo que da la madera.
NATURALEZA en ABC.es
ABC,18-1-2010
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Desconozco si también para los conejos se puede distinguir por las orejas si es macho o es hembra, pero esto fue lo que escribí en su día de las orejas de las liebres:
UNA LIEBRE SE SALVA POR SUS OREJAS
El pasado fin de semana hizo sol y frío en la dehesa zamorana de Rubiales y las liebres de la meseta, como casi todos los días secos y soleados, se quedaron encamadas.
La liebre ibérica –Lepus granatensis– jamás excava madrigueras y se agazapa en una depresión que se agranda con el uso. El macho tiene su propia cama y pone sus cuartos traseros en la parte más profunda y las orejas levantadas. En cambio, la hembra yace más erguida y las orejas las apoya en los hombros. De ahí que cazadores y gentes del campo cuenten que las liebres que se arrancan con las orejas hacia atrás, son hembras y de ahí que el doctor Busto no disparase el domingo a una liebre que tenía encañonada sólo porque antes de emprender la huída, la liebre agachó las orejas. Pero sólo por las orejas no se puede distinguir en la huída, y de lejos, si la liebre es macho o hembra, afirma Fernando Palacios, investigador del CSIC y experto en liebres. Tampoco las hembras son más valiosas ahora que los machos porque ahora hay reproducción y “superfetación”, es decir: las hembras todavía pueden quedar preñadas, aunque ya lo estén, y llevar a buen término los dos embarazos.
En estos días de galgos y escopetas, tal vez sería mejor no cazar liebres, aunque sea mucho pedir, aunque sean liebres machos, aunque, al arrancarse, no echen atrás las orejas.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, Viernes 5-12-1997
Fondo de Artículos de la
Naturaleza www.aceytuno.com
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Les recomiendo hoy el TABLÓN DE USUARIOS, donde están los primeros almendros florecidos, y los embalses cacereños llenos, mientras se ve, entre las ramas de los arces, la arquitectura de sus nidos.
Buenas. Hoy es San Antón y aún recuerdo el frío