Este alcaudón real andaba sin cola esta mañana de sábado, quizá la perdió como consecuencia del
Juan Carlos Delgado Expósito
Juan Carlos Delgado Expósito
Agradecemos a Luis Javier Rodríguez de Mena el envío de esta fotografía realizada la semana pasada en las Islas Ballestas, en Perú. Es una suerte en este caso que las fotos no atrapen el olor porque imagino que estas islas se parecen a la isla de Lobos, en Uruguay, donde lo que mejor recuerdo es el olor a pescado del agua.
Se asemejan a su vez estas islas porque alguna vez estuvieron habitadas, y al irnos de allí, la vida silvestre se ha hecho con todo, hasta el punto de abrumarnos con su olor, su ruido, su fuerza. Son estas islas un ejemplo de cómo sería la Tierra sin nosotros.
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En esta foto, además de lo que me parece un león marino, se ven al fondo unas aves preciosísimas, de un azul oscuro muy llamativo, los charranes incas (Larosterna inca), también conocidos por zarcillos, imagino que por una suerte de caracol blanco que tienen partiendo del ojo.
Esa palabra, zarcillo, también se utiliza para unas espirales que tienen las vides y otras enredaderas para agarrarse a los vástagos que tocan. Por otro lado, ayer nos escribió César desde México (su carta está en el TABLÓN DE USUARIOS) y nos habló de una parvada de tordos, igual que Joaquín cuando desde Sevilla nos habla de la parva de la aceituna, es decir: cuando hay mucha cantidad de una cosa.
Si hay algo que aquí nos gusta tanto como la Naturaleza, son las palabras que la nombran.
Gracias por vuestra participación, buen día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
PINCHA AQUÍ PARA VER A LOS CHARRANES INCAS HACE UNOS DÍAS
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Y en Doñana (España), ya ha empezado la incubación:
PINCHA AQUÍ PARA VER EN DIRECTO A LA CIGÜEÑA INCUBANDO LOS HUEVOS EN EL NIDO DEL TEJADO CERCANO AL PALACIO DE DOÑANA
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ISLA DE LOBOS
Las elecciones uruguayas dejaron vacía Punta del Este, cuatro personas en la estación de autobuses y quince en el Calypso, hacia la isla de Lobos.
Antes de alcanzar la isla se avistan fácilmente ejemplares de lobos marinos, y se cree que éso es todo lo que se va a ver, unos pocos lobos que recuerdan en su forma a las focas y en su pelo a las nutrias. Cuando, de pronto, llega un sonido navegando, una mezcla de parpar de pato y de sollozo de niño, con olor a harina de pescado, y entonces ya no se oye ni se huele otra cosa, y las crestas del mar se vuelven cabezas de lobo, y resulta imposible saber de qué color es el agua, las rocas, la arena, la factoría de piel abandonada, completamente tomada por lobos y leones y elefantes marinos. Prohibida su caza, se supone que todo está casi en el mismo estado salvaje en que descubrió esta isla Solís en 1516, de donde se llevó 66 pieles hasta Sevilla; y, sin embargo, de la isla de Lobos se sale abrumado, pensando que, con personas, es más bonita la tierra.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC,8-11-2004
Fondo de Artículos
de la Naturaleza de
www.aceytuno.com
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