Hace una semana me equivoqué. Fui demasiado optimista.
Joaquín
Joaquín
Y escribe el lector:
“Distraído con la búsqueda de árboles singulares, no me había dado cuenta de que en mi calle ya habían florecido las acacias, que todavía conservan las legumbres del año pasado.
De niño, en Madrid, donde hasta mayo no florecen, a sus flores las llamábamos ‘panyquesillo’. Nos gustaba su saborcillo dulce.”
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