Paramos en León, donde vimos ese nido de cigüeñas en la plaza de San Isidoro, en pleno centro, y a una altura no muy grande.
Iñigo
Iñigo
Y escribe el lector:
“Distraído con la búsqueda de árboles singulares, no me había dado cuenta de que en mi calle ya habían florecido las acacias, que todavía conservan las legumbres del año pasado.
De niño, en Madrid, donde hasta mayo no florecen, a sus flores las llamábamos ‘panyquesillo’. Nos gustaba su saborcillo dulce.”
****
NULL