Pensé ayer, cuando pescamos este calamar y aún no había echado la tinta que vuelve negra el agua marina del cubo, que
Ramón llamó a la puerta de casa. “¿No me dijiste el año pasado que te avisara si encontraba algún nido?”
Ramón llamó a la puerta de casa. “¿No me dijiste el año pasado que te avisara si encontraba algún nido?”
Fuimos hasta un terraplén frente a su casa, y entre zarzas y ortigas muertas rosas, tenía el mirlo su nido. Al haber finca por atrás, pudimos verlo desde arriba, de tal manera que no hubo más que apartar un poco las zarzas para hacer la foto con la cámara de Patricia, otra vecina.
Me hizo gracia la manera en la que, al irnos, colocó Ramón con todo cuidado las zarzas de nuevo encima. Me contó que los mirlos hacen la puesta por la mañana, y que es raro una puesta de solo tres huevos en el nido.
Quedamos en que me avisará en cuanto salgan del cascarón los pollos.
Hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
Hoy en el TABLÓN DE USUARIOS:
UN INTENSO FIN DE SEMANA, por Pilar López.
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Gracias por participar en esta web de Naturaleza.
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