Acaba de venir mi vecino de azotea para decirme que las hiedras que he colocado invaden su terraza.
MF-A
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Para mí resulta una delicia leer las crónicas que nos envía habitualmente Juan Carlos Delgado Expósito, como esta llegada ayer por la tarde, del sol cayendo sobre una araña que, desde aquí, me parece la araña de hoja de roble – Araneus ceropegius– que recuerda a la araña de jardín pero que en vez de la cruz, tiene una suerte de hoja de roble de color más claro sobre el dorso. Según leo ahora, no tejen sus redes en lugares protegidos, sino a pleno sol, en campo abierto, para atrapar los saltamontes, mariposas y mosquitos de los prados.
Gracias a todos por participar en esta web de Naturaleza, y en especial hoy también a Tatiana, y sus flores de los tilos, y a Pilar, con su colección de mariposas, en el TABLÓN DE USUARIOS.
Por aquí sigue despejado y con los pollos de los gorriones aún en el nido. Esta mañana se oía menos, como si alguno hubiera ya volado.
Mónica Fernández-Aceytuno
A las 11:40 del 29-6-2010
Juan Carlos Delgado Expósito, ayer, desde la Baja Extremadura:
DESPUÉS DE LA TORMENTA
Ayer (N.de la R.: por anteayer) sobre el mediodía se presentó una gran tormenta de truenos, granizo y agua; en total treinta y seis litro por metro cuadrado. Por la tarde, cuando el sol va bajando sobre el horizonte, paseo por los caminos, la tierra aún algo mojada, el aire huele a limpio, a recuerdos ancestrales que se pierden entre las neuronas de mi cerebro. En una alambrada de espinos una cabeza de micromamíferos: ratón de campo.Es lo que queda del resto del cuerpo, con toda posibilidad el roedor ha sido victima de algún alcaudón que lo empaló como reserva para tiempos de escasez.
Dos jinetes marchan al paso sobre preciosos caballos, que van dejando las huellas de sus cascos sobre la lámina de tierra virgen, sin pisar; uno de los caballos no debe de hacer mucho tiempo que fue herrado, pues en la tierra se marcan perfectamente las herraduras y los clavos, como una copia perfecta. El otro en cambio no marca bien, hay desgaste de “calzado”.
El sol baja poco a poco entre nubes de color azul oscuro, entre nubes de negro amenazante de tormentas. El tintineo de las esquilas de las ovejas que pastan sobre el amarillo pasto, es de los pocos sonidos que suenan a estas horas de la tarde. Alguna cogujada vuela bajo, casi sin ganas y se pierde entre el pastizal. Una abubilla pasa con una presa en el pico, parece una oruga, posiblemente le esperen en el nido los polluelos, que a estas altura podrían ser quizá de una segunda puesta. ¿Quién sabe?.
El sol ya roza el horizonte, la tarde oscurece debido a las nubes. Una araña (la de la fotografía) despide al sol, un triguero emite sus últimos trinos desde lo alto de una chaparra. La codorniz también despide con su canto este día del mes de junio. El sol ya muere definitivamente sobre los encinares y de pronto se hace la noche; a mi me gusta pasear a estas horas, en la oscuridad, como un “animal”, como un componente más de estas maravillosas tierras.
Juan Carlos Delgado Expósito