Querida Mónica.
Me ha costado localizar tus miniartículos en su nueva ubicación de ABC. Por fín, ayer, los encontré. Y lo que dices de las cunetas tiene muchísimo que ver con la inversión de flora a la que me he referido varias veces en este tablón, pero justamente al revés. Eres una gran observadora. Si cambiaras la fecha de la siega de las cunetas se produciría una inversión de flora, de la misma manera que a veces sucede con los herbicidas en la agricultura. Esta inversión no tiene por qué ser mala. En unas ocasiones es perversa pero en muchas otras es beneficiosa.
Ayer pasamos ya de 40º, lo que va a ser habitual hasta finales de agosto. En la foto, un polluelo de golondrina se asoma al nido que sus padres -quizás heredándolo de anteriores generaciones- construyeron en las ahijaderas de los cochinos, como si buscara un aire más fresco. Pronto empezará a volar y comenzará a entrenarse para el largo recorrido que le espera cuando, con el resto de su pandilla, regrese a sus cuarteles de invierno. Un detalle: El nido fué blanqueado al mismo tiempo que las paredes y el techo de la zahurda pero a nadie se le ocurrió destruirlo. Me encanta, en las viejas construcciones agrícolas, ver cómo entran y salen las golondrinas. En las nuevas construcciones lo tienen más difícil.
Un abrazo. Joaquín