EL TIEMPO Y LA VIDA
por José Manuel Guerra
Se me ha ocurrido este título un poco cursi para poder hablar sobre varios temas que me han estado dando vueltas en la cabeza en este principio de otoño, cuando parece que el clima ayuda a filosofar sobre la brevedad de la vida. A mí me parece que la vida humana es breve si la comparamos con algunos de los ejemplos que nos da Rachel Sussman en su blog (www.oltw.blogspot.com), que literalmente traducido es sobre los seres vivos más antiguos. Rachel ha reunido una colección de fotos de árboles y otras plantas, muy pocos animales, eso sí, a excepción de un coral, y que tienen en común tener algunos miles de años de vida cada uno. Muchos árboles son más longevos que el hombre, pero es imposible hacerse una idea de lo que supondría para un hombre vivir mil años, como tienen algunos de los ejemplares que se reseñan en dicho blog.
Por otro lado, la sensación del tiempo es a veces engañosa para nosotros, porque nuestros sentidos “sienten” de alguna forma el paso del tiempo, pero en relación con algún otro sentido, como por ejemplo con la duración de la luz del día, y es lo que se llama la relación dia/noche, o biorritmo que “sentimos” y que nos cuesta tanto ajustar cuando por alguna causa hemos traspasado sus límites, cuando por ejemplo hacemos un viaje en avión atravesando líneas de tiempo horario.
Otra forma de “escapar” a la sensación de paso del tiempo es cuando tiene lugar una sedación profunda con motivo de una operación quirúrgica. Este escape de la sensación de paso del tiempo se hace aún más intensa si por razones de la cirugía nos han de hacer una derivación de la circulación, dejando el corazón vacío, lo que se llamaba en los años de los primeros trasplantes de corazón, “operación a corazón abierto” y hoy se conoce como “circulación extracorpórea”, ya que el corazón es sustituido por una bomba artificial “fuera del cuerpo”.
No creo que pudiera ser una solución para alargar la vida humana, ya que el coste de la operación solo para establecer la circulación extracorpórea es muy alto y requiere de un equipo de varias personas atendiendo continuamente que todo marche bien.
En el blog de Rachel Sussman se hace referencia a lo frágiles que son los ecosistemas en los que se encuentran los ejemplares más viejos vivientes, y es que es algo inherente a la vida, la vida va unida a fragilidad, como la otra cara de la moneda. Creo que fue el maestro Pascal quien definió al hombre como caña pensante.
José Manuel Guerra