11:03 Desde la Universidad Complutense de Madrid, el profesor Tomás Santos, nos cuenta algo sobre su trabajo acerca del ratón de campo y cómo afecta a los bosques pequeños de encinas y de sabinas.

11:04 Durante el invierno los ratones de campo -Apodemus selvaticus- abandonan los campos agrícolas y se meten en los bosques.

Los bosques que ha estudiado Alonso, junto al investigador Tellería, son bosques de encinas de la meseta norte, en el area de Lerma, entre Aranda de Duero y Burgos.

Los ratones de campo, son omnívoros, porque realmente comen un poco de todo, pero en una zona tan fría y alta la disponibilidad de recursos es poca y se vuelven fitófagos durante el invierno, cuando abandonan los campos agrícolas y se van al bosque. Allí comen los frutos de las encinas, las bellotas, e incluso en situaciones de hambre, cuando ni siquiera han empezado a caerse, trepan a los árboles hasta ramas muy finas y no esperan a que la bellota madure.

La otra especie a cuyo reclumiento afectan los ratones de campo es a la sabina albar, de la que se comen primero los frutos, que tienen unas semillitas encerradas, y acaban comiendo también las semillas.

Las bellotas no las comen necesariamente enteras sino que dejan siempre un resto de cáscara que permite identificar si ha sido comida por un ratón de campo. También los arrendajos pueden depredar las bellotas, pero se distingue bien un picotazo, de las marcas características, con sus incisivos, que dejan los ratones. También en las semillas se distingue muy bien, pues los fringílidos las parten por la mitad, y aparecen las dos mitades juntas, y en cambio los ratones roen en bisel la cáscara de la semilla.

Por ello, en los pequeños bosques de encinas y sabinas, la alta densidad de estos ratones, es un problema.

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