11:02 Las varas de saúco, huecas como un catalejo por las que se puede ver el mundo y de las que dicen que eran las varas que usaban para hacer magia en los cuentos las hadas, han prendido…

11:03 Las planté, las clavé a la tierra, una a una, a lo largo de la valla que da al camino por el que pasan las vacas todas las mañanas y, de vuelta, las tardes. El ólor del saúco no les gusta. Y así, pensé, protegeré la cerca y los rosales.

Cuál ha sido mi sorpresa cuando he visto que ya en el primer año, no sólo han brotado de los nudos las hojas, sino una flor blanca en cada vara, cerrada todavía, pero que parecen salir de la nada, al mirar desde arriba, como a un pozo oscuro, el hueco de la vara de cuyas paredes salen por fuera hojas y flores.

A la gente le sorprende que, para el jardín, haya plantado unas flores tan silvestres pues los saúcos nacen sólo sobre la tierra que nadie quiere: las vaguadas, las escombreras, las cunetas, los terraplenes. No piensan que las plantas que ellos cultivan en macetas, son silvestres en otros lugares del mundo.

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Hoy hace más frío, y está nublado.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. La fotografía de portada no es mía sino del lector que nos ha enviado las que estamos viendo estos días. En ella se ve una cerca hecha con estacas de sauce que han brotado por estar clavadas en la tierra. También las estacas de sauce blanco que sostienen los hilos de los pastores eléctricos, brotan a pesar de la corriente.

Lo que nos escribe el lector sobre estas cercas, se puede leer hoy en el TABLÓN DE LECTORES.

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