Chagall le pone a un reloj de pared una gran ala azul ultramar.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Vengo de dar un paseo por el río de los Caballos.
Hacía años que no iba, y me he encontrado cosas que no recuerdo haber visto, como las nemorosas a la orilla, esas anémonas de flores blancas y hojas que recuerdan a las hojas de las peonías, por lo recortadas.
También había prímulas silvestres aún con flores, y esta planta del rusco en el que la flor, es eso que parece una araña, justo en el centro del filoclado, esa suerte de hoja que tiene un pincho en la punta, y por lo cual comenta Laguna del rusco (Ruscus aculeatus) que:
“Llamarónle algunos myacantha, que significa espina ratera, el cual nombre mucho le cuadra, por cuanto en las aldeas suelen los labradores cubrir ordinariamente los garfios de do cuelgan tocinos o quesos con las hojas de aquesta planta para defender a las ratones el paso, los cuales pierden la cobdicia por no espinarse; y por este repecto llamaron “pungetopi” en Italia, que es lo mismo que pica-ratos…”
A mi lo que más me llama la atención del rusco no son tanto los frutos rojos como cerezas, sino la manera en la que están colocados los filoclados, eso que parecen hojas, en helicoidal, de tal forma que no hay dos apuntando a la misma dirección, si van seguidos en el tallo.
Gracias por participar en este lugar de la Naturaleza,
Mónica Fernández-Aceytuno
Álbum fotográfico de hoy del río de los Caballos
Tras las últimas lluvias ya se ha restablecido la comunicación con la cámara del Búho Real mientras incuba en directo en Doñana
Mónica Fernández-Aceytuno