Linneo lo bautizó como Aesculus hippocastanum, castaño del caballo, haciendo referencia a la leyenda que aseguraba que los turcos alimentaban con sus frutos a los caballos viejos.
Joaquín
Joaquín
Pocas expresiones a mi parecer menos acertadas que la de “tierra firme”. Temblamos con el terremoto de Japón, y ahora con este de Lorca, tan próximo, tan cerca.
Qué fuerza tiene la Tierra, y cuánta fragilidad la vida.
En la página del ayuntamiento de Lorca dice: “Lorca, los colores de la ciudad y de la naturaleza”.
Un abrazo a las familias de las víctimas y a todos los lorquinos,
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno