Este abejorro de bosque, Bombus silvarum, estaba anteayer pecoreando las flores rosas de las ortigas hediondas que hay en la valla de mi casa.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Las redes, esperando a que llegue la noche para salir a la sardina, fotografiadas esta mañana.
Gracias por participar en este lugar de la Naturaleza.
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ARDE EL MAR DE SARDINAS
En las noches oscuras se ven los bancos de sardina brillando fosforescentes junto a la costa.
Los marineros dicen que de día es como si pasara por el agua una ventolina, pues donde se concentra la sardina el mar no es una superficie lisa y uniforme sino que se encrespa un poco, como si un gigante invisible fuera a respirar con su aliento allí mismo, justo donde el agua brilla en las noches sin luna y por eso cuando los marineros decían que salían a pescar a la ardora, se referían al brillo en el agua de las sardinas.
Ahora se capturan de manera más sofisticada, pero también de noche, porque la sardina es muy lista y ve el aparejo, aunque sea negro, asegura Manuel Blanco Pardo, patrón del pesquero Boliche. Su barco está provisto de un sonar que le indica por el color rosa, magenta, como en los aviones las tormentas, dónde están las sardinas. Cuenta Manuel que si la sardina está subida a flor de agua, a veces asoma la cabeza.
A pesar del viento del nordeste, que es un viento muy poco pesquero, se acercan las sardinas a la costa, arde estas noches el mar, con su brillo.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 5-6-2004
Fondo de Artículos
de la Naturaleza de
aceytuno.com
Mónica Fernández-Aceytuno