Recientes investigaciones han cambiado la clasificación taxonómica de esta especie, que siempre ha estado incluida dentro del género Sterna.
Atanasio Fernández García
Atanasio Fernández García
Me está dando una pena tremenda, hacer este repaso, sin embargo necesario por la maravillosa fauna que habita en El Hierro. Cada vez estoy más convencida de que una cosa es la Tierra, tan tosca, y otra, muy distinta, la Naturaleza y la vida.
Como muestra, otra de las crónicas que publicamos en aceytuno.com de Cristóbal Richart.
Rorcuales Tropicales en El Hierro.
10 de Marzo de 2009, 12:15 horas.
Cuaderno de bitácora de Buceolarestinga.com.
El día de hoy ha sido increíble!!!! Día de lujo, un sol radiante, el mar como una balsa de aceite, un poco fría pero bueno. Ya antes de empezar a bucear como pronostico del buen día que íbamos a tener, nos ha pasado por encima del barco y a poca distancia, un águila pescadora (Pandion haliaetus) conocido por aquí como Guincho. Hay pocas parejas y son difíciles de ver.
Hemos hecho la inmersión, la verdad que el agua un poco verde por las partículas en suspensión, y haciendo la parada de seguridad nos ha pasado por al lado un delfín. No me ha dado tiempo a ver de qué clase era, si mular, listado, etc… La verdad que una suerte, aquí se suelen ver delfines pero buceando es muy difícil.
Hemos subido al barco para empezar la búsqueda del delfín desde superficie, ya que estando el mar tan plato, con que asome una pequeña parte del lomo lo ves enseguida. Cual ha sido nuestro disgusto cuando después de treinta minutos buscando no hemos visto nada.
Pero qué gran sorpresa la nuestra!!! cuando llegando al punto de la segunda inmersión, muy cerca de la costa, ya que en el Hierro hay grandes profundidades a pocos metros de tierra, he visto en la proa asomar un gran lomo negro, con su correspondiente chorro de agua. UNA BALLENA!!! La suerte nos ha sonreído, eran dos Rorcuales Tropicales (Balaenoptera brydei), grandes. Esta es una especie que ahora anda de paso por aquí, puede llegar a medir dieciséis metros y unas cuarenta toneladas de peso, vamos una bestia. Las hemos estado siguiendo durante una hora, no siendo esta una tarea fácil ya que se hunden y tardan en salir cinco minutos, y como se sienta que la están mareando pueden estar hasta veinte minutos.
La naturaleza hoy nos ha dado un gran regalo.
Mónica, lo prometido es deuda.
Cristóbal Richart