En el pueblo mágico de Robledillo de Gata, limitando con la provincia de Salamanca, descubrí una especie nueva de golondrina.
Pilar
Pilar
La manera en la que se mueven ahora las gramíneas, y en especial la avena, en el campo, me recuerda a la hierba del techo africana que vi un invierno cuando allí era verano.
Gracias a todos por compartir, también hoy, la Naturaleza,
Aceytuno
HIERBA DEL TECHO
Los pájaros, que son las flores del paisaje, se ven poco estos días en el sur de África, donde hoy es verano.
Está la sabana muy verde, pues se han retrasado dos meses las lluvias, y todas las hierbas tienen ya su espiga, unas un poco rosadas, otras casi blancas, como la espiga de esa hierba llamada hierba del techo con la que construyen los nativos un tejado que no deja pasar ni el sol ni la lluvia pero al que hay que poner siempre un pararrayos porque esta hierba unida por la mano del hombre, como si la suma de los tallos diera para el cielo un árbol, atrae muchísimo a los rayos.
Los europeos vienen hasta aquí buscando leones y avestruces y elefantes, pero el misterio está vivo como al principio tan sólo ya en el movimiento de estas gramíneas, ¿por qué el sol brilla al final del día solo en ellas?, ¿por qué se mueven con el viento igual que si saludaran a los astros con su espigada mano?, ¿por qué cuando se marcha el sol, siendo verano en África, sopla esta brisa cálida y fresca?, como si todo cayera al atardecer bajo un tejado de hierba.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 23-1-2006
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