Sobre la superficie, una espuma blanca, como clara batida a punto de nieve, al asomar la sal, por el mar de fondo.
MF-A
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Hace unos días, me comentaba un amigo que en décimas de segundo, delante de ellos en su terraza del centro de Sevilla, y para disgusto de sus hijos, un cernícalo metió las patas a través de los barrotes de la jaula y se llevó su canario en una pequeña carnicería. Pero lo que me ha sorprendido es que, al comentarlo, me he enterado que no es ni mucho menos el único caso, sino que es bastante usual. Han encontrado estas rapaces una fuente de alimentación fácil en las ciudades, un nicho donde prosperar.
Pedro
FOTO: Cernícalo
AUTOR: Cristóbal García
Pedro / Foto: Cristóbal García