Las gabatas de las ciervas, cuando solo tienen días, se quedan escondidas en el campo mientras la madre se alimenta en el entorno.
Juan J.
Juan J.
Cuando tomamos garbanzos jamás pensamos en la pequeñez de la flor blanca de donde sale, en la gracia con la que están divididas las hojas que lo alimentan, en que, como la perla en la ostra, no suele haber más que un garbanzo por fruto.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, viernes 6-7-2012
MF-A