La cigarra es un insecto al que le sobra una buena parte de sus alas traslúcidas, que arrastra como la cola de un vestido de fiesta. MF-A

La cigarra es un insecto al que le sobra una buena parte de sus alas traslúcidas, que arrastra como la cola de un vestido de fiesta.

No son fáciles de ver las cigarras, tienen el color de las cortezas. Y son pequeñas – de 2 a 4 centímetros de largo- y de alas grandes, membranosas, que pliegan como si unas alas transparentes pudieran dar sombra al abdomen. Vuelan muy poco. Con las púas de sus patas se sujetan días enteros a su árbol favorito: hay cigarras que prefieren el jugo vegetal del pino, otras el del avellano, o el de los olivos. Cantan mucho, y el chirrido que parece continuo está lleno de frases solapadas.

En realidad a un árbol, habría que mirarlo no como una especie sola, sino como una comunidad de especies, ya que hasta el árbol más solitario, que es aquel que está en mitad del sembrado y que suele ser un frutal que el campesino plantó cuando se dio cuenta, de pronto, tras haber arrancado hasta la última encina, que no había dejado una sombra para comer y dormir la siesta; aún en este caso del frutal solitario junto a la caseta de los aperos, jamás vive solo un árbol. Ya sean insectos, hongos o pájaros, le acompañan siempre.

La cigarra es la tetera que, con su chirrido, avisa de que los árboles ya están hirviendo.

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Del Fondo de artículos de la Naturaleza , a propósito de la cigarra que canta en la puerta de Alcalá.

Por cierto, qué calor.

Gracias por ayudarme en la elaboración del diccionario de la Naturaleza

Mónica Fernández-Aceytuno

9:40 del 12-7-2012

P.S. La autora de la magnífica imagen de la chicharra es Pilar López.