Buenas de nuevo. Impresionante. Eso es lo que he pensado en cuanto he visto esta fotografía, enviada anoche por Joaquín desde Sevilla, de la oruga de una mariposa calavera camuflada en un olivo.
Setas
Como un jilguero comiendo uvas sobre una parra al que de pronto se le niega el cielo, así las setas, según se arrancan, empiezan a añorar la humedad de su umbría, las raíces del árbol, el olor del bosque al caer la tarde.
La seta es la fruta que antes se marchita. Una seta vive sólo unos días, o unas horas, y no surge del micelio del hongo, la sábana bajera del bosque, todos los años. El surgir de las setas es más fugaz que el más veloz de los pájaros. Por eso es tan difícil, quedando tantos por encontrar, descubrir una nueva especie de hongo….Leer más de mi artículo “Una nueva seta”
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Estas de la foto eran tantas y tan rojas que creí de lejos que eran manzanas caídas sobre la tierra.
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Y no os perdáis la última e impresionante foto a vista de aviador de un volcán en los Andes recién enviada por el Aviador Enmascarado.
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Mi afectuoso saludo a todos y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
@aceytuno en Twitter
FOTO: Russula sp. (?)
AUTORA: MF-A