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Yo tenía unos jardineros a los que para ser perfectos sólo les faltaba ser enterradores.
Yo tenía unos jardineros a los que para ser perfectos sólo les faltaba ser enterradores.
No me acostumbro a esta lluvia de la ciudad, tan variable.
Salgo sin paraguas como por el campo, y termino volviendo a casa para secar la gabardina y el pelo. Bajo a la calle de nuevo con un paraguas que no es mío, negro y con el asa de un bambú que tras cien años hubiera florecido para morir dejando unos frutos como sonajeros. No hay caminos donde ir por el medio, pisando las belloritas que florecen a salvo de las rodadas de los tractores…Leer más de mi artículo del sábado en ABC…EL PARAGUAS
Mi afectuoso saludo,
Mónica
FOTO DE ARCHIVO: Ácoros silvestres florecidos en un prado inundado
AUTORA: MF-A
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MF-A