Lo curioso de esta observación es que cada una tiraba del pétalo hacia un lado, de manera que era como una competición de fuerza para ver quién se lo llevaba.
Segaron ayer el cereal de al lado y esta mañana ya había un ratonero sobrevolando el campo, ante la tierra abierta como un libro, pasada la página ya del grano.
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Guillermo Fajardo