Ayer, al ir a aterrizar, se me llenaron de mar los ojos.

Mónica Fernández-Aceytuno

Ayer, al ir a aterrizar, se me llenaron de mar los ojos.

Mónica Fernández-Aceytuno

Ayer, al ir a aterrizar, se me llenaron de mar los ojos.

Es en este mes de octubre, y en noviembre, cuando más aves he visto sobre el océano de paso, como a esta alca torda que fotografié hace unos años, también en octubre, en la bocana del puerto y en la que, a pesar de su juventud, al ser un alca de primer invierno, se apreciaba claramente el rastro como de lágrima blanca, de surco de sal, que le sale al alca de los ojos.

Qué felicidad tener, al otro lado de la ventana abierta, todavía no hace frío, la algarabía de los pájaros, y el mar tan cerca…

Puede que la felicidad sea más felicidad cuando es pequeña como si tuviera su origen en la más diminuta de las partículas, o en una gota de agua de mar.

Buen día,

Mónica

FOTO DE ARCHIVO: ALCA (Alca torda)

AUTORA: Mónica Fernández-Aceytuno

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