10:48h Ha llovido más que en todo el otoño y el campo está empapado, desapacible, con todas las ramas dejando ver el paisaje del fondo, excepto las de los robles, a las que todo el peso del agua cayendo del cielo no ha conseguido tirarlas.

Niebla, sueño del agua.
Ayer entró la niebla por la ría como si el océano se estuviera incendiando, con la misma parsimonia del humo blanco que dan las ramas verdes cuando se queman.
Todavía hoy, seguimos envueltos en ella, como si el día no se hubiera ya despertado.
Niebla, sueño del agua.
Buen día,
Mónica
En vista de lo cual, no salimos al mar y nos quedamos a comer en el puerto con los silenciosos marineros, y la gente de puerto.