Ayer pensé si seguiré siendo capaz de escribir de la Naturaleza.
Es como si fuera una amiga que me castigara con su silencio por haberme alejado de ella, y he de reconocer que, desde que estoy en la ciudad, escribo de manera menos silvestre, más fría y académica. Esto me preocupa. Es como si estuviera empezando a convertirme en una planta cultivada.
Sin embargo, creo que las palabras son las únicas aves capaces de volar por el tiempo.
Os diré que hemos superado ampliamente los 500 términos en el Diccionario Aceytuno de la Naturaleza, y que es la tarea con más repercusión que he realizado, ya que ha sido mencionado en la contraportada de ABC, en El Confidencial, y lo último, en un programa de radio de Javier Sánchez-Rubio.
Cuando empecé a escribir para ABC, mi jefe de aquel entonces, Alfredo Semprún, me preguntaba, muy preocupado: “¿Sabes si han tenido alguna repercusión tus artículos?” Y yo callaba, ¿repercusión? Jamás pensé en ello mientras escribía, como si lo hiciera para el aire.
Sigamos pues tratando de escribir de la misma manera.
Feliz día Mundial del Medio Ambiente, con el último vocablo incorporado: biomedio. Que vuele muy lejos.
Buen día,
Mónica
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Con el tiempo he aprendido que las huellas son las señales de humo que nos hace la vida…Leer más de LAS HUELLAS DE UNA GARZA
Mónica Fernández-Aceytuno